martes, 26 de abril de 2016

Veintiséis de abril

DESAFIANDO LA TEMPESTAD

¿Cómo nos amaremos cuando la casa apenas se sostenga?
Cuando la ruina sea tan ostensible que el arte del disimulo, lejos de festejar logros,
señale más descarnadamente lo evidente.
Cómo prenderemos el gozo cuando la senectud torne grotesco 
cualquier intento.

¿Qué sostendrá nuestro frenesí?Ese que incendia
los cuerpos de los amantes.
Nuestros cuerpos, quizás fisiológicamente ingobernables.
Tan escarbados el uno por el otro...
Tan escasos de misterio y torpes ya en hallazgos mutuos.

¿Cómo nos amaremos tras habernos querido tanto
y tantas veces?
¿Qué amarrará el festín de los amantes?
¿Dónde nos nacerá el arrebato?

Tal vez volvamos al principio,
a besarnos con los ojos entornados. A recorrernos 
con el tacto tembloroso de los dedos
amparados en la oscuridad del cuarto.
Serán estas gastadas rutinas las que eduquen de nuevo 
nuestro hallazgo.

¿Cómo nos amaremos cuando la casa apenas nos sostenga?
Endeble al fin a cualquier tempestad,
deseosos de inventarnos otras más modestas
que antaño nos brotaron frondosas
como flores en las manos.

Vega Cerezo




A los que han tenido la suerte de llegar hasta la ruina-rutina, la torpeza y la ausencia de descubrimientos.

A los que recorrieron todo el camino y tratan de volver al principio.

A mis padres, que llevan dieciocho mil novecientas ochenta mañanas despertándose juntos.

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