miércoles, 6 de diciembre de 2017

De la congelación



Los muertos no cumplen años, no envejecen,  pueden aparecer en tu mente con la edad en la que quieres recordarlos y lo más importante, no sufren ni te hacen sufrir. 
A los vivos que quedan atrás, que sobrepasas, les ocurre algo parecido, se mantienen en el lugar donde los abandonaste, estancados.
He de confesarte hoy que alguna vez me tentó la idea de saber de ti, y que cada vez que  eso me ha ocurrido, acabé decidiendo dejarte congelado en el momento en que me despedí de ti: aún joven, con algo de pelo, sin compromiso, con ganas de comerte ese mundo de principiantes en el que vivíamos y en el que yo ocupaba aún un hueco cerca de ti.
Nunca he querido  arriesgarme a comprobar si sigues siendo el mismo y sobre todo, si aún me recuerdas. Pura cobardía.


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