domingo, 22 de julio de 2018

De los cuentos





Llegados a este punto, ni sapos, ni princesas, ni besos transformadores de seres repugnantes en hombres ideales con los que con toda facilidad se vive feliz eternamente, comiendo a base de perdices y con el piloto automático conectado.
Más bien, encuentros o desencuentros,  seres verdes  a tutiplén(incluida una misma), hormonas desaforadas transitoriamente que inevitablemente( gracias a dios) con el tiempo -poco- vuelven  a sus niveles normales, domesticación de vida y pensamiento,  y con suerte(con mucha suerte) mantenimiento de ciertos niveles de cariño.
Todo esto por ahora y s.e.u.o.



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