lunes, 2 de septiembre de 2019

De algunas derrotas


Camino de Pedraza 13/08/19



Hay algo marcial en los campos de girasoles. Tanta rectitud y obediencia, tanta uniformidad en esos batallones amarillos...
Ahora sé, que también hay en ellos una danza secreta, circadiana, que bailan durante su juventud. Giran sin tregua día tras día;  en las horas de sol de este a oeste, y durante la noche -sin descanso- su movimiento emprende el camino  en el sentido contrario tratando de volver a su posición original de manera puntual, porque es su deber contemplar cada amanecer sin  demora posible.
Y así transcurre su vida, con esa férrea disciplina -de obligación en obligación-, hasta que de pronto un día, en su madurez, se detienen mirando hacia el este para no continuar más y mueren, marchitándose, tal vez anhelando haber hecho alguna excepción o tal vez con la satisfacción del deber cumplido.
Ese es su ciclo vital, como el de tantos otros: esplendor y  declive, puede que derrota.


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