martes, 15 de noviembre de 2022

De lo que no se dice pero se siente




Soñé para esa ocasión con una mesa rodeada por los que me quieren cuando menos motivos les doy . Los imaginaba hablando cómodamente entre ellos, a pesar de que algunos se conocieran por primera vez allí. En mi sueño, todo resultaba muy fácil  mientras los observaba,  y todo encajaba. No había nadie extraño, el espacio era íntimo, no había prisas ni compromisos... el que estaba allí realmente quería estar.  

En ese sueño deseaba  tener la oportunidad de agradecer a cada uno de los que habían decidido acompañarme, el que continuaran formando parte de mi vida, e intentar explicarles que eso a estas alturas es lo que da sentido a mi estar.

Y entonces el sueño se hizo realidad, tuve esa oportunidad y además recibí el mejor regalo que pueda existir en este mundo: oir de boca de cada uno de ellos(con la enorme dificultad que eso puede suponer por tener que hacerlo en público) lo que he sido en sus vidas y sentirme por encima de todo muy querida.

Gracias a todos los que estuvisteis(y a los que os habría gustado estar) por ese inolvidable trece de noviembre de dos mil  veintidós.



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