domingo, 24 de noviembre de 2013

El viajero

 
             
              Marco entra en una ciudad: ve a alguien que vive en una plaza una vida o un instante que podrían ser suyos; en el lugar de aquel hombre ahora hubiera podido estar él si se hubiese detenido en el tiempo mucho tiempo antes, o bien si mucho tiempo antes, en una encrucijada, en vez de tomar por un camino hubiese tomado por el opuesto y al cabo de una larga vuelta hubiera ido a encontrarse en el lugar de aquel hombre en aquella plaza.   
             
              En adelante, de aquel pasado suyo verdadero o hipotético, él queda excluido; no puede detenerse; debe continuar hasta otra ciudad donde lo espera otro pasado suyo, o algo que quizás había sido un posible futuro y ahora es el presente de algún otro. Los futuros no realizados son sólo ramas del pasado: ramas secas.
 
              ¿Viajas para revivir tu pasado?¿viajas para encontrar tu futuro?
             
              Y la respuesta de Marco: el otro lado es un espejo en negativo. El viajero reconoce lo poco que es suyo al descubrir lo mucho que no ha tenido y no tendrá.
                                                                                                                               Italo Calvino

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