viernes, 19 de diciembre de 2014

De los pecados por penas

Debería ser pecado
decir adiós;
el adiós que nunca es triunfo,
que comienza paseando
lentamente
la humedad del cuerpo,
atraviesa con tristeza
la voz humana,
te vigila eternamente las 
entrañas
para terminar invadiendo con
tristeza
al corazón;
y lo hace pleno, 
lo convierte en tierra
con un sólo destino.
Cierra las puertas
que son invadidas por la
muerte,
y abres las ventanas
porque sólo deseas morir
de día.

M.ANGELES IBERNÓN VALERO



No sé si pecado o delito o qué, pero debería estar prohibido decir adiós. Creernos capaces de poner un punto y final, convertirnos en todopoderosos para cerrar definitivamente algo;  servirnos de esa
no-solución cobarde y pasajera, que te saca del atolladero al momento, para atraparte de por vida, ensombreciéndote el rostro al recordar y  endureciéndote el corazón.
Debería enseñarse en los colegios, anunciarse en las vallas publicitarias: "decir adiós nunca es la solución". Debería recogerse en alguna ley: "el que dijere adiós, será condenado eternamente a la pena de.....".
Sí, deberían estar prohibidos todos los adioses voluntarios del mundo, que la palabra adiós se redujera a la única despedida que no depende de nosotros.

Lo bueno y lo malo by Chambao on Grooveshark



PD: mi agradecimiento a M.Angeles Ibernón que sin conocerme me prestó este poema(perteneciente a su poemario inédito  "El Prodigio de Vivir") para hacerlo mío desde aquí.

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