jueves, 19 de febrero de 2015

Más allá de Finisterre




Hay cursos para casi todo, hasta para cuando te obligan a cambiar de trabajo.
Esta formación no requiere demasiado esfuerzo, solo someterse al imperativo de la jerarquía y acudir a la convocatoria. Uno llega, se sienta, oye al abanderado de turno de la nueva organización, trata de familiarizarse con la terminología, y se traga el vídeo correspondiente, intentando afianzar todos los conceptos.
Después del proceso, se sale de allí programado(junto con otros) para la nueva era  y hasta con un certificado que así lo acredita.
No obstante, se ha podido observar que a un pequeño porcentaje de los asistentes no se les borra el escepticismo. ¿Será esto resistencia al cambio?; ¿se podrá uno quedar permanente en la zona de aprendizaje?, y ¿será malo no tener más objetivos que quedarse en esa zona, donde sin saber que se llamaba así, ha vivido desde siempre?; ¿si no te abduce la manada, habrá que repetir curso?.
Demasiadas dudas. Lo veo venir, me van a suspender.

No hay comentarios: