lunes, 21 de marzo de 2022

Del soneto XXIII en el día mundial de la poesía


                                                             


                                                                  

En tanto que de rosa y azucena

se muestra la color en vuestro gesto,

y que vuestro mirar ardiente, honesto, 

enciende al corazón y lo refrena;

 

y en tanto que el cabello, que en la vena

del oro se escogió, con vuelo presto,

por el hermoso cuello blanco, enhiesto,

el viento mueve, esparce y desordena:

 

coged de vuestra alegra primavera

el dulce fruto, antes que el tiempo airado

cubra de nieve la hermosa cumbre;

 

marchitará la rosa el viento helado.

Todo lo mudará la edad ligera

por no hacer mudanza en su costumbre

                                                                                                  Garcilaso de la Vega




Con quince años es muy difícil, por no decir imposible,  que la poesía de Garcilaso de la Vega te llegue, así que nuestro  profesor de literatura  nos recitó el soneto de memoria sin demasiado entusiasmo(en realidad creo que lo recordó para sí mismo), consciente por su veteranía de que el auditorio en “alegre primavera” guardaba silencio, pero tenía puesto su interés en cualquier otra cosa distinta de aquel poema. 

La literatura en aquella época era para nosotros una obligación y la poesía, su parte más ininteligible. Ahora pienso en lo frustrante que debía ser para aquel hombre cumplir el programa de su asignatura con unos destinatarios a medio hacer, llenos de granos y hormonas en ebullición, cuya máxima preocupación era pertenecer a un rebaño uniformado con vaqueros, hombreras y pelos imposibles.

El final de la historia es, que  todas aquellas lecturas impuestas no cayeron en saco roto y que algunos con el tiempo, supimos volver a ellas (gracias al camino abierto entonces) y aprender a valorarlas, e incluso hubo quien se convirtió en entusiasta.  Por tanto, puede que fueran extemporáneas para la adolescencia pero absolutamente necesarias a largo plazo.


PD: espero que Pedro Ramírez(que así se llamaba aquel profesor de literatura) conociera el final de esta historia.

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