jueves, 10 de septiembre de 2015

La vida en rosa ... a veces




Y fue así como llegamos a sus setenta y siete-setenta y ocho años, de un tirón, por una equivocación o quizás por un acierto. Jugando, ahora mas conscientes que nunca, con el comodín de la suerte. Manipulando nuestro tiempo, adelantándonos a él ... construyendo uno de los ahoras que pasarán a formar parte de nuestro para siempre.