"Es indudable que en el mismo instante de morir las facultades sentimentales se aguzan, se imponen. Probablemente el espíritu toma una nueva posición con respecto a la materia.
Al morir nos invade, sin duda, una dulzura, una ternura, una tranquilidad que nos hace verlo todo suavemente, al través de un cristal de extraordinarias diafanidad y pureza. La muerte es quizá agradable... Es quizá envidiable..."
E.Jardiel Ponceda
E.Jardiel Ponceda
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