Mi abuela se desnuda cada día frente a mi abuelo. Hablo de un desnudo íntegro, el desnudo más real que existe. Se quita los dientes, las máscaras y no le importa si dejará de quererla por mostrarse totalmente como es. Y no es que no haya inseguridad, yo la sigo viendo en sus ojos, pero entiéndeme, después de todas esas tonterías ella sabe que él la ama frente a todo. Frente al tiempo. Frente a las adversidades. Frente a la vida.
Sin ni siquiera tener que quitarse una pieza de ropa ella es arte renacentista de un desnudo hermoso, y él lo sabe, él la elige. Yo creo en el amor, creo en su amor. Un amor de dos almas que se desvisten y ni son perfectas ni pretenden serlo.
María Roldán Carmona.
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