Facebook me recuerda hoy que hace cinco años llovió en Murcia. Fue uno de esos chaparrones intensos e inesperados que aquí se convierten en espectáculo por su escasez. Era de noche, y mi padre y yo salimos a nuestra terraza a contemplarlo y a oler la tierra mojada. Recuerdo el momento y el silencio.
Fue su último verano y nuestra última tormenta.
En aquel tiempo no supimos hacer cosas extraordinarias por última vez.
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