domingo, 8 de noviembre de 2020

Ali

 


Me despierto con la noticia de un periódico que alguien me ha enviado al móvil. Es un suceso truculento que le ocurrió a una mujer el pasado viernes. No entiendo porqué el remitente me envía la noticia hasta que no pincho sobre el titular y empiezo a leer.  La mujer de la que habla el artículo  tiene tu nombre, tu edad, vive en tu ciudad y tiene tu trabajo... ¡eres tú!, pero mi cerebro  va lento y tarda en procesar las coincidencias y asumir la información. Miro tu facebook con tu última publicación y tu fotografía me lleva a muchas de las vivencias compartidas. Recuerdo tu historia.

Estoy en shock porque siempre he creído que las muertes violentas solo ocurren en las series de televisión o en el cine, no a la gente de a pie, no a tus amigos o a tus compañeros de trabajo. Ese tipo de muertes son siempre más lejanas y tienen como protagonistas a gente anónima. Nada encaja.

Busco el libro de Maitena que me regalaste y releo la dedicatoria, es algo material que me queda de ti, lo primero a lo que me aferro(mi salida de emergencia) mientras trato de entender que te has ido.

Mi plegaria, mi súplica, se centra en desear que esa justicia que una vez compartimos querida Alicia funcione en tu caso más que nunca y haga que tu muerte no quede impune.

Descansa en paz. 



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