Mar adentro,
mar adentro.
Y en la ingravidez
del fondo
donde se cumplen
los sueños
se juntan dos
voluntades
para cumplir un
deseo.
Un beso enciende la
vida
con un relámpago y
un trueno
y en una
metamorfosis
mi cuerpo no es ya
mi cuerpo,
es como penetrar al
centro del universo.
El abrazo más
pueril
y el más puro de
los besos
hasta vernos
reducidas
en un único deseo.
Tu mirada y mi
mirada
como un eco
repitiendo, sin palabras
'más adentro', 'más
adentro'
hasta el más allá
del todo
por la sangre y por
los huesos.
Pero me despierto
siempre
y siempre quiero
estar muerto,
para seguir con mi
boca
enredada en tus
cabellos.
RAMON SAMPEDRO
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