Frente a las tristezas, angustias vitales y miedos que nos visitan aquí con demasiada frecuencia y que son inexistentes en lugares como aquel, una sonrisa traída de allí, la sonrisa más desinteresada e inocente que me han ofrecido en los últimos tiempos y que por supuesto, no puedo olvidar. Hoy, la uso y soy yo la que la ofrezco como asidero.
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