A MENUDO LA VIDA NOS SORPRENDE
dejándonos en todo inacabados,
nos hace creer que poseemos lo que ya no es
y quizas, nunca haya sido.
Nos toma de la mano, nos sonrie,
y, confiados como niños obedientes, la seguimos
sin preocuparnos por dejar señales para encontrar
el camino de regreso.
Pero a veces la vida nos sorprende
con un instante perfecto, imperceptible
para quien no contiene el aliento
y contempla la quietud de la tarde,
simplemente.
Queda entonces la belleza
que se quiebra si es asida,
pues de sí misma se nutre
MAMEN PIQUERAS
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