viernes, 8 de septiembre de 2017

De las invenciones


Como la luz de un sueño
que no raya en el mundo pero existe,
así he vivido yo
iluminando
esa parte de ti que no conoces,
la vida que has llevado junto a mis 
pensamientos...

                                  (Luis Garcia Montero)



                                                                  ***


Hoy podría contarte que yo te inventé. Que cogí tu nombre y tu cuerpo prestados y que fui creándote poco a poco según mi receta ideal (tan ideal como irreal),  con cualidades que a mí me hubiera gustado que tu tuvieras, mis necesidades y mis ganas reservadas durante demasiado tiempo para no sé quién. Mi, mi, mi...sí, lo sé, sobran posesivos.
Y que fue así como te llevé a la realidad y dejé que vivieras en mi vida.
He de reconocer también, que con mi licencia de fabricante, exagere tus virtudes y reduje tus defectos a hechos circunstanciales que yo me esforzaba en pensar serían salvables con el tiempo.
Pero el tiempo(¡ay el tiempo!) lo que hizo fue dejar al descubierto mi invención. Uno a uno fueron cayendo todos los aderezos con los que yo te adorné, y así te quedaste,  como un árbol de navidad  en enero, desnudo, sin luces ni bolas de cristal,  esperando al camión de la basura en el contenedor de la puerta de casa y siendo más tú que nunca o más tú que antes, que antes de mí.


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