martes, 30 de diciembre de 2025

De una entrada a destiempo en un año muy viejo

 



Dejé pasar el verano y quedó en el tintero una entrada que hablaba del desconocimiento de Maya, por su condición de animal, de haber vivido este verano como su mejor verano posible. Un verano con siestas infinitas, caminatas por el monte(siendo ella urbanita), olores diferentes,  amigos renovados cada día, compañía permanente y mucho espacio por descubrir continuamente. Observaba en esos días cómo nos miraba, y en el triángulo que formábamos, yo sentía que ella era feliz.

También, sobre la inconsciencia de mi madre, tal vez por ser muy mayor,  sobre haber vivido su mejor verano posible. Uno más sin su compañero, sí, pero en compañía, sin problemas que resolver, autosuficiente aún, con salud -a pesar de sus achaques y su memoria desmejorada- , con capacidad aún de elección ... Ella nos estuvo cuidando a Maya y a mí  y queriéndonos  a su manera, pero en nuestra miniestructura tengo la certeza de que no supo sentirse feliz( porque ese estado  siempre lo vive en pasado), aunque al menos creo que sí segura. 

Y por lo que respecta a mí,  puede que yo tampoco reconozca totalmente  mi suerte por haber disfrutado de ese verano posible, sin duda por la inmediatez de la vivencia, pero sobre todo, por el dolor anticipado que me causa saber que he de sobrevivirlas.


No hay comentarios: