Si es que al final no nos queda otra que caminar, porque el miedo no es más que una excusa para no hacerlo. Caminar, sobrepasando a veces a quienes compartieron con nosotros camino y caminar de repente, por caminos improvisados, a los que te tienes que aferrar por la esterilidad de los que creías muy seguros.
En definitiva, sobrevivir
En definitiva, sobrevivir
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