Aquellos Norman Thayer Jr. y Ethel Thayer, que en el año 81 les valieron dos oscars a Henry Fonda y Katherine Hepburn, son ahora encarnados en el teatro por Héctor Alterio y Lola Herrera. Los podemos ver en el Teatro Villa de Molina este viernes a las nueve, con su versión de "En el estanque dorado".
("Eran los mejores tiempos, eran los peores tiempos, la edad de la sabiduria, el ciclo de la estudipez, la fase de la creencia, la etapa de la incredulidad, la estación de la luz, la hora de las sombras, era la primavera de la esperanza, el invierno de la desesperación, lo teníamos todo por delante, nada habia frente a nosotros...")
miércoles, 27 de noviembre de 2013
domingo, 24 de noviembre de 2013
El viajero
Marco entra en una ciudad: ve a alguien que vive en una plaza una vida o un instante que podrían ser suyos; en el lugar de aquel hombre ahora hubiera podido estar él si se hubiese detenido en el tiempo mucho tiempo antes, o bien si mucho tiempo antes, en una encrucijada, en vez de tomar por un camino hubiese tomado por el opuesto y al cabo de una larga vuelta hubiera ido a encontrarse en el lugar de aquel hombre en aquella plaza.
En adelante, de aquel pasado suyo verdadero o hipotético, él queda excluido; no puede detenerse; debe continuar hasta otra ciudad donde lo espera otro pasado suyo, o algo que quizás había sido un posible futuro y ahora es el presente de algún otro. Los futuros no realizados son sólo ramas del pasado: ramas secas.
¿Viajas para revivir tu pasado?¿viajas para encontrar tu futuro?
Y la respuesta de Marco: el otro lado es un espejo en negativo. El viajero reconoce lo poco que es suyo al descubrir lo mucho que no ha tenido y no tendrá.
Italo Calvino
viernes, 22 de noviembre de 2013
UNA PREMIO NACIONAL DE LAS MÚSICAS ACTUALES PASÓ POR AQUÍ
¿Por qué no vuelves amor? pertenece a su último disco -"Almas Gemelas"- y se grabó hace algo más de un mes en una playa de Águilas, así que hasta aquí me lo he traído.
miércoles, 20 de noviembre de 2013
Luz de Agua
La exposición "Luz de Agua" de Joaquín Zamora se puede ver en Espacio Pático hasta el próximo treinta de noviembre.
lunes, 18 de noviembre de 2013
El olor de los recuerdos
Las
wii no huelen a nada
Todo lo más a fábrica china, a humedad de contenedor o
como mucho a estantería de Media Markt. Y eso no son olores que se te agarren a
la memoria y puedan arroparte y hacerte esbozar esa sonrisa que a veces llevan
algunos por la calle y que nos hace preguntarnos de qué coño se reirá ese
imbécil.
Nadie debería crecer oliendo a eso, o peor aún, oliendo
a miseria, a basura, a pólvora , a miedo.
Yo tuve suerte, aunque mi hijo piensa que soy una
especie de australopiteco porque sigo sin saber jugar a la wii y de pequeño ¡no
teníamos teléfonos móviles!.
A veces, mientras comemos, me pide que le cuente
historias de una pelota hecha con las bolsas de los bocatas, de cómo encendíamos
el brasero de la abuela o de como cazábamos gorriones a
perdigonazos.
Entonces cierro los ojos y puedo olerlo. Sí, ¡puedo
olerlo! Huelo el carbón del brasero, el pan, las migas, el arroz y conejo, el
gato, la huerta, el arcón de los dulces de navidad, el estanco de mis tías, la
iglesia, la tiza y la pizarra, los libros y las libretas sin estrenar, los
rotuladores Carioca y los lápices Alpino, el bidón de cartón de Ariel donde
guardaba los juguetes, la tienda donde mi madre me compraba a pellizcos los
pantalones, la papelería, la casa de la tata e incluso el olor de la
enmohecida antigua biblioteca Villaspesa de Almería y sobre todo, el olor de mi
abuela porque no nos equivoquemos, las abuelas cuando eres niño, por lo menos
las mías, olían de forma distinta; cálida, dulce, entrañable, tierna,
acogedora, apacible.
Gracias a Dios los que estamos en esto que suele
llamarse cuarentón y cincuentón tenemos un enorme disco duro donde aun se pueden
ir guardando cosas y lo que es mejor aún, los archivos antiguos aun no están
corruptos (¿se dice así?) y , aunque son de una versión antigua del office, son
compatibles y aun pueden abrirse y ser leídos.
A menudo tengo la extraña sensación de que sólo la gente
de mi generación puede disfrutar de esos recuerdos. Quizás sea porque todos los
juguetes nos cabían en un bidón de detergente y teníamos que llenar nosotros
solitos las horas y las entendederas con una cosa muy rara llamada imaginación.
Hoy he entrado a casa de mi madre muy temprano. Olía a
magdalenas y a abuela y me he sentido bien, muy bien. Tanto es así que he
pensado que el día que ella no este seguramente serán estas y no otras, las
cosas que mas eche de menos: el olor que desprenden los buenos
recuerdos.
Y luego he pensado si algún día yo seré capaz de
inspirar lo mismo en los que deje aquí. Espero no oler a
wii…..
E.Sandoval
sábado, 16 de noviembre de 2013
Más uno
Trescientos sesenta y cinco días después de aquél, doy gracias por el poder curativo que tiene el tiempo en nosotros y por su incapacidad para borrar lo que hemos vivido.
martes, 12 de noviembre de 2013
LA FOTOGRAFÍA COMO PUNTO DE PARTIDA
Del 15 al 31 de Noviembre Julián Garnes García imparte en el Centro Social Universitario un curso de fotografía titulado "la fotografía como punto de partida".
sábado, 9 de noviembre de 2013
Nuestro patrimonio
La visión panorámica que ofrece de Murcia, "la piedra rescullente", o simplemente contemplar el delirio azul de alguien que afirmaba ser profeta, pueden ser motivos para subir hasta allí.
martes, 5 de noviembre de 2013
Poeta en un museo
FANTASMAS
Cuanto de ti cabe en mí
es aquello que no alcanzas ser.
Adoro el increíble proyecto de ti que cabe en mí.
Aquí existe. Es real
ahora
que aprendí a perdonarte la cobardía
de ser tú, mínimamente.
Vega Cerezo
Esta vez es en el museo Ramón Gaya donde podemos oírla. Será a las ocho de la tarde de hoy martes cinco de noviembre dentro del ciclo "Poetas en el Museo".
sábado, 2 de noviembre de 2013
De vuelta
Nuevos inquilinos llegan para recordarnos que es hora de que nos marchemos, que la prórroga que este verano tan generoso nos ha dado hasta casi noviembre, ha terminado y que debemos volver a otra realidad, la que concuerda con el calendario; a otros lugares comunes para nosotros; a otras situaciones que periódicamente debemos vivir; quizás, a otras personas a las que ya sobrepasamos, simplemente por la necesidad de aprender a mirarlas de otra manera.
Cerramos la puerta de la casa otra vez y ya tengo nostalgia por lo que dejo. Y con la nostalgia, un inmenso vértigo por lo difícil que se esta haciendo volver a ese lugar cada año o por lo extraordinario que es, poder hacerlo una vez más.
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