Las olas van y vienen,
vienen y van.
El sol sale cada día.
La luna engorda y adelgaza.
Los carruseles dan vueltas.
Los recuerdos vuelven a la memoria.
Un hombre se despidió para siempre.
- ¡Adiós!- exclamó muy enfadado-. ¡Prometo
que nunca volveré!.
Y lo cumplió.
Pero la mujer que lo amaba
lo recordó siempre.
Siempre.
Siempre.
Las olas vienen y van,
van y vienen
para recordarnos
que todo regresa,
no importa de qué modo.
Nada se va para siempre.
Victoria Peréz Escrivá
Javier Zabala
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