jueves, 11 de febrero de 2016

De la caridad



" Si tuviere tanta fe como para mover montañas más no tuviere caridad, nada soy.
Y si repartiere todos mis bienes y si entregare mi cuerpo para ser abrasado, más no tuviere caridad, ningún provecho saco. La caridad es sufrida, es benigna; la caridad no tiene celos, la caridad no se pavonea, no se infla.
Cuando yo era niño hablaba como niño, sentía como niño, razonaba como niño. Cuando me he hecho hombre, me he despojado de las niñerías; ahora subsisten la fe, la esperanza y la caridad. Las tres, más la mayor de ellas es la caridad ".

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