Empezamos uno nuevo,
diferente, con la obligación moral de
sentirnos afortunados por vivir lo que otros ya no pueden disfrutar, plenamente conscientes de estar arañando algo más de tiempo, sumando sí, aunque al mismo tiempo restando, porque los recuerdos pesan demasiado, las ausencias no se suplen y las cicatrices, no terminan de cerrar.
Es por ello que se dan dos respuestas a la vez, una
positiva y otra negativa.
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