"Momento isla":
Se materializa de repente, normalmente cuando estamos rodeados de mucha gente y no tenemos a nadie conocido a la vista. Algo se activa que ensordece la escena y en el silencio que de pronto nos envuelve, nuestra voz nos habla y nos describe lo que somos desde su peor versión. Es como si desde las profundidades de una caverna emergiera una especie de ser monstruoso armado con un espejo que nos pone delante para mostrarnos un plano de nosotros que reconocemos enseguida, porque es el plano de nuestras inseguridades. El impacto ante lo que vemos es de tal magnitud que lo que llega a continuación son unas ganas terribles de escondernos y desaparecer, de que pase algo, lo que sea, y dejemos de estar en el sitio equivocado en el peor momento posible. Y enseguida nos envuelve una sensación de pequeñez, de no encajar ni haber encajado nunca, de tener los andamios mal puestos desde siempre y de que nos están viendo, de que toda la sala, todos los que nos rodean nos ven así, así de feos, de pequeños, de solos.
La sala entera parece haberse dado cuenta de que nuestra presencia es como una isla y nuestra soledad se anuncia como si lleváramos clavado en la cabeza un neón que parpadea en blanco, anunciándonos: solo,solo,solo.
Cuando tras la llegada de uno de esos momentos isla, aparece el efecto neón, tras él se abre camino la pregunta fatídica, esa que debemos evitar a toda costa, porque cuando surge ya no hay marcha atrás y todo está perdido.
¿QUÉ ESTOY HACIENDO AQUÍ?
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