A medida que nos hacemos mayores las posibilidades de que los Reyes Magos se acuerden de nuestro domicilio disminuyen, y que lo hagan por segunda vez con una diferencia de veinticuatro horas, casi un milagro.
Muchas gracias a todos los que habéis contribuido a que tuviera un segundo día de reyes tras lo rocambolesco del primero. Ha sido una de las mayores muestras de generosidad y de cariño juntas que he vivido.
1 comentario:
Jajajaja
...no lo había leído.
¡QUE SUERTUDA!!
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