("Eran los mejores tiempos, eran los peores tiempos,
la edad de la sabiduria,
el ciclo de la estudipez,
la fase de la creencia,
la etapa de la incredulidad, la estación de la luz,
la hora de las sombras,
era la primavera de la esperanza,
el invierno de la desesperación, lo teníamos todo por delante, nada habia frente a nosotros...")
Suele ocurrir con frecuencia que no tenemos ni idea de cómo hacer felices a los que queremos o simplemente el hacerlo, no se convierte en un objetivo para nosotros. Nos justificamos con aquello de "te quiero a mi manera" y no invertimos ningún esfuerzo por cambiar.
Si me paro a pensar en el mejor momento de este año que acaba hoy, el más feliz, me lo ha dado mi hermana. Así que, esta última entrada se la quiero dedicar a ella, por su voluntad, su generosidad y por supuesto, por quererme tanto.
Si estos días eres poseedor/a de una combinación -da igual la que sea- que te permite no sentirte sol@, aprovéchala. Si en esa fórmula esta incluida tu familia, no olvides dar las gracias y recordar tu fortuna.
Soñé para esa ocasión con una mesa rodeada por los que me quieren cuando menos motivos les doy . Los imaginaba hablando cómodamente entre ellos, a pesar de que algunos se conocieran por primera vez allí. En mi sueño, todo resultaba muy fácil mientras los observaba, y todo encajaba. No había nadie extraño, el espacio era íntimo, no había prisas ni compromisos... el que estaba allí realmente quería estar.
En ese sueño deseaba tener la oportunidad de agradecer a cada uno de los que habían decidido acompañarme, el que continuaran formando parte de mi vida, e intentar explicarles que eso a estas alturas es lo que da sentido a mi estar.
Y entonces el sueño se hizo realidad, tuve esa oportunidad y además recibí el mejor regalo que pueda existir en este mundo: oir de boca de cada uno de ellos(con la enorme dificultad que eso puede suponer por tener que hacerlo en público) lo que he sido en sus vidas y sentirme por encima de todo muy querida.
Gracias a todos los que estuvisteis(y a los que os habría gustado estar) por ese inolvidable trece de noviembre de dos mil veintidós.
"Bastarán unos puñados de tierra para olvidar la vida(...)".
PD: Hay cierto alivio al pensar que por fin, puede tener el mismo destino que nos espera a los demás.
Por supuesto sigue habiendo mucha pena( por lo joven que era, por las circunstancias de su muerte, por su mala suerte, por su familia...), pero desde hace unos días queda también el consuelo de saber la identidad y el destino del que decidió acabar con su vida el seis de noviembre de hace dos años.
En días como el de hoy siempre recuerdo a mi abuela contándome que en la víspera de todos los santos, las ánimas del purgatorio volvían a casa para descansar. Por eso(por si alguno de "sus muertos" tenía aún esa condición, la de ánima), ella preparaba para esa noche una cama limpia en una habitación que nadie usaba y encendía una vela. Las ánimas, me decía, andan deambulando aun por el mundo a la espera de poder entrar al cielo y hay que rezar por ellas y acogerlas en nuestra casa aunque sea por una noche, para que sepan que no las olvidamos.
¿Quedará hoy alguna abuela que piense en las ánimas y encienda por ellas una vela y rece?.
(...)Y William Stoner aprendió lo que otros, mucho más jóvenes, habían aprendido antes que él: que la persona que uno ama al principio no es la persona que uno ama al final , y que el amor no es un fin sino un proceso a través del cual una persona intenta conocer a otra.
J.E Williams
PD: Y cm aprendió lo que otros, mucho más jóvenes, habían aprendido antes que ella: que la persona de la que una se enamora al principio no es la persona que una ama al final y que ese proceso a través del cual una persona intentar conocer a otra(el amor) puede llevarte también ante un completo desconocido.
Llegó septiembre y regresamos al trabajo, pero algunos hemos tenido la suerte de prolongar la sensación de vivir unas cuasi vacaciones( hasta casi la llegada del otoño meteorológico) por el hecho de no ver aun el paisaje urbano, apurar algún libro que quedó pendiente en el verano, no retomar del todo los horarios, disfrutar del piscineo nocturno en alguna ocasión y poder planificar la última escapada pendiente .
No tener que volver a la rutina durante este mes, ha sido un año más un privilegio.
Cada vez que nos alejamos más del último duele un poco menos, pero no creo que esto sea solo por obra del paso del tiempo, sino también porque tenemos la enorme fortuna de conservar intacto lo vivido con él. Así pues, estoy segura de que cada uno de los miembros de su familia seria capaz de reproducir con los ojos cerrados lo que ocurriría en un día como el de hoy :
Habría conseguido sentarnos a todos en la misma mesa; comeríamos en algún sitio que habría elegido con mucha anticipación; como regalo, nosotros volveríamos a ser poco originales recurriendo a lo que solo admitía sin decepcionarse. Después de abrirlo y con la tranquilidad de tener ya con lo que contaba, nos hablaría de las posibilidades para combinarlo y del momento en el que tenia clarísimo que lo iba a estrenar.
Por supuesto, habría brindado antes de empezar a comer, habría recordado su suerte(incrementada por sus nietos) y habría soplado cada una de sus velas cantando con nosotros su cumpleaños feliz. Y es que le encantaban sus cumpleaños y ser el protagonista, aunque fuera solo por unas horas y entre los suyos.
Nosotros por nuestra parte, habríamos acudido a la convocatoria sin llegar a valorarla del todo, sin el suficiente entusiasmo y sin ser conscientes de la finitud de los llamamientos. Estúpida inconsciencia qué pierde su prefijo de manera intempestiva.
Mi pensamiento circular siempre suele girar a más velocidad en los meses de septiembre, y es que empiezo a agendar acontecimientos imaginarios que a estas alturas me parecen perfectamente alcanzables y me vengo arriba poseída de un optimismo sobrenatural. No obstante, como buena extremista que soy, solo tengo que arrancar unas cuantas hojas del calendario(las que le restan al año) para padecer otro aterrizaje de emergencia al caer en el desanimo que me produce el ser consciente del reducido número de cruces nuevas que voy a poder tachar a lo largo del curso. Qué pocas oportunidades de las que llamamos nuevas lo son de verdad...
Pero vamos, que la ilusión septembrina no me la quita nadie. Así pues, sacamos el pulimento, nos adecentamos y arrancamos de nuevo.
Quizás sean capaces de presentir las despedidas o quizás solo fuera una casualidad. Pero el caso, es que este año acudieron a recibirme con una mayor generosidad, dejando que me acercara más de la cuenta y dándome tiempo para que sacara el móvil e hiciera esa fotografía.
La imagen que representa para mí un lugar y una estación, es capaz de evocar otros tiempos (hasta los que están por venir cuando sean los demás quienes acudan a su cita) y la tengo tan interiorizada, que ya no necesito verla. Puede, que este preparada para prescindir de ella.
Por si un día alguno de nosotros olvida lo que han sido o por si son ellos los que en algún momento no se reconocen, estos originales han sido guardados a buen recaudo.
He andado este camino antes y sé, que con el tiempo se revalorizarán en el mercado de lo que no tiene precio.
Pd: un escaparate de una ciudad cualquiera, en el que tú y yo nos detendríamos a la misma vez y en el que haríamos la misma fotografía. Sumamos años con la misma afinidad y sin distancias.
...Y en un intento por permanecer (como si dependiera de nuestra voluntad y del número de veces que fueramos capaces de manifestarla en voz alta), yo le digo a la mía que por ahora no se puede marchar, que aún nos hace mucha falta. Y entonces ella me responde, que solo siente irse por dejar de vernos.
Después, nos limitamos a continuar, ocultándonos nuestras penas y nuestros miedos, para no aumentar el sufrimiento de la otra.
No vamos a tener la suerte de que sea tan íntimo pero casi, porque actúa esta noche en el Romea y un concierto suyo en un lugar así lo hace más personal y cercano.
Durante aquel tiempo estuvo más vivida mi casa. Coexistieron conmigo nuevos desordenes, ruidos desconocidos, espacios reutilizados y necesidades emergentes. Se fraguaron costumbres, que podrían haberse convertido en hábitos. Y el instinto cuidador, supo estar de guardia de modo permanente. Descubrí entonces, que aún cabían otras vidas en mi vida.
Ese es solo un ejemplo de como durante veinticinco años, él no ha dejado de regalarme oportunidades.
Gracias a él, el cine español obtuvo un oscar por primera vez. Su filmografía esta llena de grandísimas películas( "El crack", "Las Verdes Praderas", "El abuelo", "Asignatura Pendiente", "Canción de Cuna", "Volver a Empezar", etc...) y esta tarde tenemos la suerte de tenerlo en Murcia para oirlo hablar de cine. Será en la Biblioteca Regional a las siete y media, dentro del ciclo "El cine como género literario".
Desde la exaltación de los comienzos, cuando sus cortezas prefontales se habían apagado por efecto del enamoramiento(pasando así a dormir temporalmente su raciocinio) , y tenían todas las dificultades del mundo por delante y por vivir, prometieron que serían siempre sinceros y que llegado el momento, si no lo veían claro, si no estaban seguros, se citarían para confesárselo cara a cara y decirse adiós. Y no solo eso, además, tendrían motivos de sobra para celebrar juntos todo lo bueno que hubieran compartido. Pasarían a convertirse desde entonces en los mejores amigos, porque se conocerían a la perfección.
¡Blablablá!
Pero no, nada de lo proyectado ocurrió así. Cuando aterrizaron en el mundo real, cuando vivieron lo que estaba reservado para ellos, descubrieron que esa necesidad de una despedida opera justo al contrario; mientras quieres despedirte sueles querer quedarte un poco más. Que cuando se acaba un sentimiento de ese tipo, no se necesita una convocatoria oficial para poner el punto y final, y lo primero que te viene a la memoria no es lo bueno (puede que porque esa parte ya no compensa el resto), no tienes ganas de celebrar nada y mucho menos de volver a verle la cara al otro de manera inmediata. Te sobreviene el melodrama y de manera recurrente solo eres capaz de recordar todas las desdichas que os han llevado a terminar, y sueles regodearte una temporada en la desgracia(lo justo).
La racionalidad hace su reaparición en el peor momento, y te da la lucidez suficiente para entender lo diferente que erais los dos y todos los motivos por los que no podía funcionar lo vuestro, y puedes hasta enumerar las múltiples pistas que así te lo indicaban desde el principio. Se hace la luz; en realidad es como si pasases a tener un cañón de luz con todos los lúmenes existentes justo encima de tu cabeza las veinticuatro horas del día.
Y quien no albergaba esperanzas de viajar al espacio, de pronto se ve con un billete en la mano que lo propulsa más de trescientos mil kilómetros desde su mundo conocido a otro planeta, uno donde ya no habita el otro. Ese viaje los vuelve extraños y por supuesto buscan la amistad en otras personas.
Continúan como pueden, con indiferencia sobre todo, que es el paso más definitivo para la desvinculación.
No publicita nada. Solo recuerda a los viandantes y conductores que pasamos por allí sobre un fondo negro con letras grandes, unos versículos del capítulo tres de Juan. Hay también en el cartel, una pequeña vela de las que encontramos en los lampadarios de las iglesias( las que se encienden con una moneda para pedir algo a cambio), que contribuye a potenciar la oscuridad de la imagen.
Por su ubicación, justo al lado de un semáforo, es difícil no detenerse unos segundos a leer el texto.
El caso es, que entre esa oscuridad y la lectura de términos como "condena", "tinieblas" o "mal", uno sigue su camino intimidado y pensando que además de la forma sería necesario actualizar el fondo del mensaje.
Él fue el único hombre con el que
estuvo en su vida y lo estuvo más de cincuenta años. Así que tras su marcha, es fácil percibir que ha continuado sin encontrarle sentido a su “ estar” sino es “estando con él”.
Esa dependencia emocional tan incomprensible para mí desde siempre, vista hoyy con más años,me inspira sobre todo una enorme ternura y por momentos
hasta admiración, quizás por la dificultad de encontrar en la actualidad un binomio que
funcione,quizás por esa fidelidad
incondicional que ella personifica, o quizás por la soledad con la que la vemos pasar por encima de
fechas tan significativas para ellos como la de hoy sin que tenga cabida ya una celebración.
"Una de las cosas buenas que fui descubriendo con los años es que ser raro no es nada raro, contra lo que la palabra parece indicar. De hecho, lo verdaderamente raro es ser normal. Una investigación del Departamento de Psicología de la Universidad de Yale(Estados Unidos), publicada en 2018, afirma algo que a poco que se piense es una obviedad: que la normalidad no existe. Porque el concepto de lo normal es una construcción estadística que se deriva de lo más frecuente. En primer lugar, que un rasgo sea menos frecuente no implica una anormalidad patológica, como por ejemplo, ser zurdo; pero es que además, como el modelo ideal de individuo normal está confeccionado con la media estadística de una pluralidad de registros, no debe de haber ni una sola persona en el planeta que atine un pleno en el conjunto de valores. Todos guardamos en el fondo de nuestro corazón alguna divergencia. Todos somos rarunos, aunque, eso si, algunos más que otros. "
El texto esta extraído de la última novela de Rosa Montero ("El peligro de estar cuerda"), con la que hoy he decidido celebrar Sant Jordi, huyendo de la vorágine sardinera a la que en cambio acudía la inmensa mayoría de mis paisanos.
Y al llegar a casa y empezar a leerla, he sentido un alivio necesario. Tranquiliza saber que en mayor o menor medida y por diferentes motivos, anormales somos todos.
Para llegar hasta ese 09-04-22 hicieron falta a nivel individual numerosas renuncias y elecciones conscientes e inconscientes, que combinadas entre sí dieron ese resultado conjunto. Hay algo de magia en la imagen, si nos paramos a pensar en las otras posibilidades que habrían podido suceder con la toma de diferentes decisiones.
Y de esa guisa, incompletas(porque falta alguien en la fotografía), llegamos a nuestro "cuando cumplamos..." y nada más rozar lo que creíamos que era meta, nos dimos cuenta de la trampa. No era un término lo que nos esperaba sino un plazo más, afortunadamente.
Te plantas delante de tus primeros catorce años y tocas a la
puerta, como si al otro lado aún existiera esa parte de tu vida, como si se pudiera regresar simplemente
atravesando un umbral. Y cometes la torpeza de cruzarlo para enfrentarte a quemarropa
con sus nuevos moradores. No queda nadie ni nada delo que has vivido allí y tú ya lo sabias de
antemano, pero has tenido la necesidad
de comprobarlo.
Con quince años es muy difícil,
por no decir imposible, que la poesía de
Garcilaso de la Vega te llegue, así que nuestro profesor de literatura nos recitó el soneto de memoria sin demasiado entusiasmo(en
realidad creo que lo recordó para sí mismo), consciente por su veteranía de que el auditorio en “alegre primavera” guardaba silencio, pero tenía puesto su
interés en cualquier otra cosa distinta de aquel poema.
La literatura en
aquella época era para nosotros una obligación y la poesía, su parte más
ininteligible. Ahora pienso en lo frustrante que debía ser para aquel hombre
cumplir el programa de su asignatura con unos destinatarios a medio hacer, llenos de granos y hormonas en ebullición, cuya máxima preocupación era pertenecer a un rebaño uniformado con vaqueros, hombreras y pelos imposibles.
El final de la historia es, que todas aquellas lecturas impuestas no cayeron en saco roto y que algunos con el tiempo, supimos volver
a ellas (gracias al camino abierto entonces) y aprender a valorarlas, e incluso hubo quien se convirtió en entusiasta. Por tanto, puede que fueran extemporáneas para la adolescencia pero absolutamente necesarias a largo plazo.
PD: espero que Pedro Ramírez(que así se llamaba aquel profesor de literatura) conociera el final de esta historia.
Un dieciséis de marzo de dos mil trece empezó a andar este blog y un año después, lo cerré sin saber cómo aquella pequeña decisión iba a cambiar mi vida.
En el transcurso de estos ocho años desde el cierre me han pasado muchas cosas pero no creo tras ese acontecer ser, ni más inteligente, ni menos vulnerable, ni más independiente, ni más responsable. He continuado aprendiendo(y cruzo los dedos para que esto no cambie nunca), he puesto más veces a prueba mi capacidad de resistencia, soy más disfrutona de la vida y de mi tiempo, digo más veces "no" cuando realmente no me apetece hacer algo, hago menos míos los problemas de otros(o mejor, he cerrado el círculo respecto de aquellos con los que actúo así) y he simplificado bastante el concepto de "importante". Esto a grandes rasgos, pero aún me sigue costando la vida una despedida, no sé si soy lo suficientemente hábil para no repetir errores cometidos, miro demasiado al pasado(quizás porque no espero grandes sorpresas del futuro), soy muy inflexible en determinados aspectos y llevo regular haberme adentrado en el mundo de la arruga y la flacidez cuando aun estoy superando el de la cana. Me encuentro por otra parte, con el problema de asimilar el inminente cambio de década, que es coherente con mi cuerpo pero no con mi cabeza.
En fin, que si me preguntan si soy más madura hoy, debo contestar que únicamente tengo más años.
Siempre ha sido muy refranera y aún hoy mantiene la costumbre de anotar en una agenda anárquica que dice poder entender solo ella, algún dicho de los que va oyendo a otros. Luego, cuando voy a verla me enseña lo escrito para que le corrija las faltas de ortografía y siempre me explica que apenas fue a la escuela y que durante el poco tiempo que fue, se turnaba con su hermana porque las dos no podían ir a la vez -hacían falta en casa- y que cuando las quitaron definitivamente del colegio, el profesor le dijo a su padre que era una pena porque tenían mucho potencial.
Nacieron en el treinta y ocho, eran mujeres y sus padres pensaban(siendo más doloroso si cabe para ella que lo creyera su madre que había corrido la misma suerte que elegiría después para sus hijas) que el único futuro posible por su condición, era tener un marido y unos hijos.
Esa agenda y esa caligrafía con todo lo que representa, es una de las posesiones más valiosas que puedo heredar de mi madre.
No tiene miedo a bajarse de un
tren abarrotado y seguir sola en dirección contraria si no ve claro el camino.
Asume el riesgo de decir en voz alta lo que piensa si sirve para luchar contra
lo que cree injusto.No sabe actuar por
conveniencia. Cree en la lealtad, la amistad, la integridad, la sinceridad, el esfuerzo, la
honradez... siendo etiquetada por ello de “quijotesca” yllegando a creer por ello -en momentos de
debilidad- que tal vez viva en un siglo
equivocado.
En más de una ocasión después de
tirarse al vacío por otros, ha mirado atrás y se ha dado cuenta de
que viajaba sola. En episodios de ese tipo se desilusiona del género humano
una temporada, pero no tarda en remontar el vuelo con la aspiración de mantener -en la medida de lo posible- congruencia entre lo que piensa, dice y
hace, porque tiene el absoluto convencimiento de que ésta es la garantía para continuar siendo libre.
No obstante, sigue confiando en que la densidad de población de su planeta aumente.
Así lo vemos hoy todos desde la retaguardia, a punto de dar su primer gran salto, uno de los que le pueden cambiar la vida. Y aquí lo esperamos, muy orgullosos ya por todo el esfuerzo que ha realizado.
porque siempre hay alguno que te apea de la felicidad
de un plumazo
alguien que te pregunta la edad
o peor aún
alguien que te dice que no te la va a preguntar y se ríe
una llamada que falta
o una que sobra
una fiesta sorpresa
o la sorpresa de que no hay fiesta
un despistado que te llama un día después
o un día antes
y al final del día
el recuerdo de alguien que ya no está
ni estará
y tú quejándote de estar vivo.
I.MINGUEZ ARNAIZ
Parece que el poema está escrito para ella y para las que nos parecemos a ella. Todas las que en días como el de hoy nos cuesta sentir el adjetivo y corregir la tendencia a pensar en la resta y no en la adición, y nos fastidia comprobar delante de un espejo el paso del tiempo, y no olvidamos hacer ese recuento de los que ya no están, pero a pesar de ello nos lamentamos.
Nos sabemos la teoría y nos esforzamos en llevarla a la práctica, pero en el fondo nos cuesta tanto celebrarlo...
"Cada tic-tac es un segundo de la vida que pasa, huye y no se repite. Y hay en ella tanta intensidad, tanto interés, que el problema es solo saberla vivir. Que cada uno lo resuelva como pueda"(F.Kahlo)
Por los doscientos cincuenta y nueve mil doscientos tic-tacs compartidos.